A veces uno se siente culpable
por poder tener dos ojos para disfrutar de estos paisajes que a la gente de
aquí apenas sorprenden. A veces uno se acuesta a dormir lejos de casa y siente
la incertidumbre, el miedo, la oscuridad. Pero en otras ocasiones las cosas
simples del día a día valen el precio de un pasaje transoceánico, valen todos los
ceros que he acumulado por miedo, las decisiones que vengo errando en el camino
y que quizás nunca me lleven a buen puerto. Atardece a orillas del
Pacífico. Ahora o nunca.
Aqui se fabrica el paisaje, se viaja a traves del sonido, se contempla el presente simple, porque hablar es un ultraje. Nómadas: del viento, de las olas, de los ríos y su curso natural, los de mochila, sonrisa y el futuro dentro del puño cerrado. ¡No toquen nada!. Dejen todo cómo lo vieron la primera vez. Nos hacemos viejos, pero seguimos manufakturando Ilusiones. Caminante son tus huellas, el camino y nada más.
Foto: Portugal
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Manufaktura de ilusiones
Un hueco entre todas
las desidias virtuales
que naufragan entre redes
las desidias virtuales
que naufragan entre redes
Estas palabras me acaban de matar,
ResponderEliminarconozco esa sensación... pero se desvaneces,
y ante mí te veo sintiendo lo mismo.
Eres grande, disfruta lo que vives...
por que te lo mereces.
Solo espero que guardes algo(yo nunca he sabido como,ni con libreta ni con fotos) de todo eso para contármelo.
Nahuel