Este lugar es un privilegio. Uno de esos rincones del planeta que todavía no han podido ponerse a la venta y parecerse al resto de rincones del mundo. Ecuador avanza imparable hacía delante, y aquí en la costa, en este pueblito, el turista todavía no es un dolar sino un compañero más entre el paisaje. Los habitantes de aquí viven tranquilos. Salgo a pasear y la calle está llena de sonrisas descalzas. Niños corretean por las calles empezando a vivir sin el miedo de unos padres que no temen, porque saben que la vida no es un camino de rosas. Camisetas de la selección y pasión por esta tierra. Cabañas a pie de playa con zumos de frutas en la noche, mientras se zarandea la hamaca y uno puede aparcar la ansiedad recurriendo al sonido del mar como ansiolítico. Sólo dos estaciones: lluvias o seco, pero nunca vestirás una chaqueta. Arroz, papaya,piña, mango, coco, plátanos, yuca,y vida en la calle. Bañador y chanclas. Febrero y carnaval a orillas del Pacífico.
Aqui se fabrica el paisaje, se viaja a traves del sonido, se contempla el presente simple, porque hablar es un ultraje. Nómadas: del viento, de las olas, de los ríos y su curso natural, los de mochila, sonrisa y el futuro dentro del puño cerrado. ¡No toquen nada!. Dejen todo cómo lo vieron la primera vez. Nos hacemos viejos, pero seguimos manufakturando Ilusiones. Caminante son tus huellas, el camino y nada más.
Foto: Portugal
viernes, 8 de febrero de 2013
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Manufaktura de ilusiones
Un hueco entre todas
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que naufragan entre redes
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